MEDITACIÓN
Llamando a los fragmentos del alma para que vuelvan a casa
Cerrad los ojos y situaos en el centro de vuestro ser -ese lugar que
reconocéis como el corazón mismo de vuestra existencia. Id hacia dentro,
todavía más profundamente, haciendo más lenta vuestra respiración y
siendo conscientes del ritmo de vuestro respirar.
Hay una llama de luz que es vuestra misma esencia -podéis verla como
vuestro par en la oscuridad. Respirad profundamente y con cada respiración
sentid cómo se expande la llama y cómo su luz asciende hacia vuestra
cabeza y desciende hasta vuestros pies a través de todo vuestro cuerpo.
Dejad que la luz se expanda hacia fuera, al espacio que os rodea y hacia
dentro, llenando cada célula de modo que todo vuestro cuerpo se vaya
inundando poco a poco de luz. Respirando... alimentando la llama.
A medida que os vais llenando con el brillo, enviad esta luz más allá de
vuestro campo inmediato, para que llegue a los seres de luz que rondan a
vuestro alrededor. Invocad a los guerreros de la luz para que rodeen esta
zona y actúen como una barrera de luz contra cualquier energía que no sea
del orden y la intención más elevados. Ahora, lentamente, abrid el centro
coronario, lanzando un rayo de luz desde vuestra cabeza, como un faro,
hacia los Seres de Luz de toda la Creación, pidiéndoles que conecten con
vosotros. Ellos lo harán. Vendrán cuando les llaméis. Sentid la unidad.
Bañaos en ella. Percibios como uno con todos los seres de luz del Universo -
El Todo-Lo-Que-Es, Siempre Fue y Siempre Será.
Sentid la luz de tantos seres llenándoos, pasando a través de vuestra
coronilla, descendiendo por vuestra médula espinal e irradiando a través de
vuestro corazón... moviéndose a través de vuestro cuerpo... descendiendo
hasta la tierra. Imaginadlo como un cordón de luz que os atraviesa, sujeto
con un ancla dorada en la base de vuestra columna, y ahora enviadlo hacia
abajo, hacia las profundidades. Cuando oigáis que golpea el fondo,
aseguraos de que lo engancháis firmemente en las rocas -sosteniéndoos
firmemente en los campos de la tierra.
Dentro de esta luz brillante podéis visualizar una forma -sois VOSOTROS. La
luz de vuestra conciencia está dirigida por los Seres Superiores y por
vuestros guías para escudriñar esta forma, para conocerla, para buscar
áreas en las que puedan faltar fragmentos o pedazos. Este es un momento
muy importante en vuestro autoconocimiento, un balance de quiénes sois y
de dónde venís. Tomaos vuestro tiempo, observando cada parte de
vosotros, anotando cada uno de los lugares que parezcan inarmónicos o
vacíos. Puede que haya muchos... puede haber un gran hueco o sólo una
pequeña fractura o un agujero... cualquier experiencia está bien. Si hay
muchos fragmentos, elegiréis el aspecto que resulte más importante en este
momento de vuestra vida y seréis guiados para saber cuál es.
Llamad a esta parte perdida de vosotros, este aspecto de vuestro ser, para
que vuelva a vosotros, esté donde esté. Puede hallarse muy cerca o
haberse alejado mucho. Llamadlo, pidiéndole que vuelva a vosotros. Puede
oír vuestra llamada y vendrá hacia vosotros. Enviad vuestra llamada a
través del centro cardíaco. Este fragmento sentirá que el corazón lo llama
para que vuelva a casa.
Ahora podéis ver este trozo. A medida que este aspecto se aproxima a
vosotros, ¿lo hace con reservas... o avanza sin dudarlo? Se os puede
mostrar en imágenes o hablaros silenciosamente. Tened paciencia. Esto es
una reunión, un momento de redescubrimiento. Necesitáis sentirlo.
A veces los fragmentos llegan y os muestran un drama o representan una
escena que puede haber pasado completamente desapercibida para vuestra
memoria consciente. Podéis pedir información: ¿dónde se ha estado
ocultando esta parte de vosotros? ¿Cuánto tiempo hace que se fue? ¿Qué
hizo que se alejara? Quizás se os muestre el incidente en el que se separó
de vosotros, quedando atada a ese momento -congelándose allí. Mirad
quién más estaba implicado... quién más es parte de ese momento y ese
lugar. A veces, un fragmento se va para protegeros y también eso podéis
verlo ahora.
Tomaos vuestro tiempo con eso... puede que os hayáis separado hace
mucho tiempo.
¿Quiere este fragmento volver a casa? Podéis preguntarle. ¿Queréis
vosotros que este fragmento regrese a casa? ¿Qué habéis ganado por el
hecho de que este aspecto se alejase y qué habéis perdido?
Reconocer esta parte vuestra puede que no sane inmediatamente el trauma
que produjo el fragmento, pero es un comienzo. Decid a esta parte vuestra
que la amáis y queréis que vuelva a casa. A pesar del modo en que a veces
actuáis, en lo más profundo de vosotros amáis a esa parte. Y lo que quizás
es más difícil: la necesitáis. Sin ella estáis incompletos y vosotros queréis
estar íntegros.
¿Hay algo que necesitéis hacer por esa parte de vosotros mismos -algo que
facilitaría su vuelta? Puede decíroslo, si le preguntáis. Tiene muchas cosas
que enseñaros, muchas. Antes de hacer volver a esta parte a vuestro ser,
preguntad si hay alguien más con ella. Si es así, decidle que ese otro ha de
quedar en segundo plano, al menos por ahora. Quizás sea preciso que se
despidan.
Llamadle ahora para que vuelva, que regrese a ese lugar en vuestro interior
del que se separó. El recuerda. Y cuando haya vuelto, colocad vuestros
brazos sobre él, del mismo modo que haríais con un niño, para llenarlo de
luz, aportarle sanación y aceptación al volver a reuniros. Mantened esa
parte cerca de vosotros... sintiendo vuestra unión. ¿Cómo os sentís al tener
esa parte de vosotros otra vez? ¡Es tan importante sentirlo! Es importante
no olvidar lo que le hayáis prometido o dicho a esa parte y recordar vivir de
acuerdo con ello. Ahora pueden curarse las heridas, pero tenéis que
mantener vuestras promesas y honrar a esta parte de vosotros mismos, o
puede irse otra vez. Quizás necesitéis hablar con esta parte de vosotros
mismos periódicamente. Y si esta parte os ha prometido algo, tenéis que
aseguraros de que las promesas se cumplen. A continuación, poned
vuestras manos allí donde esa parte de vuestro ser haya vuelto -si hay algo
que necesitáis decir a esa parte de vuestro ser, tomaos un momento para
hacerlo ahora. Haced una respiración profunda -confiad en que el proceso
continuará, incluso cuando vuestra atención esté en otra parte. Ahora
llamad a los Ángeles de la Luz para que apliquen luz a esta área, ayudando
así al proceso de integración y sabed que harán lo que sea necesario para
vosotros... para vosotros y para el fragmento.
Lentamente, imaginad el rayo de luz de vuestra coronilla retirándose y
cerrándose apaciblemente -como los pétalos de un loto. Extraed también la luz
de la tierra, pidiendo que el ancla permanezca con vosotros. Lo único que
podéis ver ahora es un pequeño punto de luz que va desapareciendo. Llevad
vuestras manos al corazón o simplemente sentidlo. Respirad profundamente.
Y cuando estéis listos, abrid poco a poco vuestros ojos y regresad
tranquilamente -concediéndoos todo el tiempo que necesitéis para integrar lo
que habéis rescatado.
Cap. 13 del libro ¡Basta ya de secretos! de Patricia Cori
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola María del Carmen.
ResponderEliminarMe gustaría hacerte una pregunta que me ronda la cabeza, ¿es lo mismo la activación de kundalini y la activación del adn?
Muchas gracias
Bendiciones
Paloma